¡¡¡Hola a Tod@s!!!
¿Qué tal estáis?¿Cómo habéis pasado este festivo perdido en medio de la semana pasada?¿Y el finde?¿Estáis pasando frío?
En Madrid estos han bajado las temperaturas radicalmente y hemos pasado de estar entre 25/27 grados a rondar los 13/11 y según las horas incluso los 8 grados y con lluvia, cosa que agradezco, porque adoro el frío y me encanta la lluvia, pero hubiera preferido un poco de transición para aclimatarme.
Pretendía haber actualizado antes, pero la semana ha sido un poco caos por el horario y prácticas de clase, además de intentar cuadrar ciertas actividades que han suepuesto un cambio a toda mi organización diaria y que espero en marzo den frutos positivos (ya os contaré entonces).
Como, creo que dije en la entrada anterior, este mes todas las entradas van a ser con temática de Halloween, aunque esta es una excepción. Vi tag de Halloween de los 31días, pero no iba a empezarlo a mediados de mes, así que me lo reservaré para el próximo año y aplazaré entradas que tenía previstas y que con mi ausencia no había podido publicar, para dedicar el blog única y exclusivamente a Halloween hasta el día 31.
Como ya os digo, la entrada de hoy es una excepción, no es una entrada que tenía planeada, aunque sí que tengo otras publicaciones pensadas con temática Lolita que tendréis más adelante. En cierto modo no es algo sobre lo que tenga que dar explicaciones tampoco, pero dado que ha habido gente que me ha preguntado y comentado sobre esto pues he decidido dejar esta entrada.
He pasado mucho tiempo con el word y el blog abierto pensando e intentado escribir de manera que lograra transmitir todo de la manera correcta, no sé si lo he logrado, pero espero que lo entendáis.
A lo mejor, para que os hagáis un poco una idea de cómo pienso el Lolita, os puedo dejar una entrada que escribí hace un tiempo, aunque no tiene mucho que ver -> Pensamientos sobre el Lolita.
Ahora vamos a lo que toca:
¿He dejado el Lolita?
Últimamente he oído mucho eso de ya no te veo vestir Lolita, ¿lo has dejado? No vas a eventos ni quedadas ¿sigues siendo Lolita?
La verdad, son preguntas que me incomodan bastante porque no, el Lolita no es algo que pueda sacar de mi vida fácilmente, así que no, no he dejado de ser Lolita ni de apreciarlo ni de ver el mundo con esa mentalidad tan propia que me ha dado el Lolita a lo largo de los años; pero sí, lo estoy vistiendo menos y ya casi no aparezco por eventos o quedadas por diversos motivos, la mayoría ajenos a mi deseo de vestir y disfrutar del Lolita plenamente como es la falta de tiempo por la carrera, por ejemplo o el motivo económico.
Como ya sabéis, durante el curso vivo y estudio en Madrid y aunque recibo becas de la universidad, ya soy bastante carga económica al estudiar lejos de casa, por lo que muchos de mis vestidos Lolita han pasado a otras manos que les están dando una vida mejor que la que yo les podría dar, porque he necesitado ese dinero extra para luchar por mis sueños y mi futuro, lo cual si consigo, pues posiblemente mi armario lolitil volverá a recuperarse y crecer. No sabéis la pena que me da mirar mi armario y que después de 8 años, este tenga menos prendas que cuando inicié este hermoso camino, pero sé que esto es algo pasajero, así que espero que una vez todo se encamine profesionalmente, cambie. Es cierto que la cantidad de vestidos no hacen a la Lolita, o al menos yo pienso así, pero hay tantos print que enamoran y tantos conjuntos por lograr, que espero que en un tiempo mi armario vuelva a estar repleto de pomposidad.
Por otro lado, no apenas voy a quedadas o a eventos vestida de Lolita... Aquí influyen varios factores. Por un lado la falta de tiempo por la carrera, horarios caóticos terminando a distintas horas todos los días, algunos años, como este, con clases también por las tardes, intensivos de idiomas, ejercicio (paso mucho tiempo entre libros y al pc por los estudios y no es algo que pueda descuidar), prácticas y excursiones que muchas veces me ocupan los fines de semana,... a esto sumadle todas las tareas de la casa, que más o menos tenemos bien divididas Lu y yo, pero que aún así llevan tiempo.
Entenderéis que muchas veces no tenga ganas de arreglarme y salir o que la mayoría de veces, las excursiones me han coincidido con las quedadas que se han hecho en Madrid, aún así, no pierdo la ilusión de asistir a alguna, como ya he asistido a alguna aquí. Por otro lado soy extremadamente tímida y muchas veces esto también me impide dar el paso para unirme a ciertas quedadas y eventos, aunque ya digo que cuando puedo y no me coinciden con nada, no me lo pienso.
En cuanto a eventos, ya o llevo ropa Lolita porque suelo ir con el equipo fotográfico y la ropa Lolita y hacerle fotos a los cosplayers no es compatible.
Respecto a cómo vivo el Lolita, sobre todo cuando vuelvo a Tenerife, mi impresión no ha cambiado mucho a mi entrada anterior (la que os he dejado al principio de la publicación). El Lolita en Tenerife prácticamente ha desaparecido, no es el caso de las Lolitas de las Palmas, donde la comunidad se mantiene aún activa, pero en Tenerife ya no queda una comunidad fuerte propiamente dicha, la mayoría de Lolitas de la isla, por diversos motivos, se han ido fuera, y creo que del grupo con el que yo siempre me he llevado bien quedan dos o tres nada más, con quienes, cuando vuelvo, intento quedar aunque sea para una cena o un té en una cafetería; pero todas tenemos nuestras vidas y resulta difícil compaginar todo; además con todo el drama que hay dentro de la escena Lolita yo prefiero vivirlo en solitario, salvo por mis amigas, con las que adoro quedar cuando podemos, ya que tengo una forma muy personal de vivir el Lolita que creo que ellas también comparten, desde su propia perspectiva.
Entonces ¿he dejado de ser Lolita? No, rotundamente NO. El Lolita es tan parte de mí como cualquier otro aspecto de mi personalidad, forma tan parte de mí como la necesidad de respirar, el Lolita me ha hecho en gran medida quien soy actualmente, mis gustos, mi pensamiento,... están mayormente filtrados por cómo vivo y pienso el Lolita y, aunque parezca que mi ropa del día a día no guarde relación, también pasan por ese filtro. Nunca podría dejar de lado el Lolita o sacarlo totalmente de mi interior, cuando visto Lolita es cuando más yo me siento, cuando más fuerte soy, cuando las críticas me hacen menos daño, cuando realmente puedo sonreír con sinceridad. El Lolita ha aportado mucho a mi vida y, al menos por ahora, no me veo capaz de dejar el Lolita.
No os podéis imaginar esa sensación cercana a mariposas revoloteando en el estómago cuando un nuevo vestido o print te conquista plenamente, ya que hay prints que te pueden gustar, pero como pasa con el amor, son pasajeros y pronto quedan en el olvido y otros print que llegan y se anclan en tu corazón haciendo engrosar tu wishlist.
De verdad, esa emoción y lo divertido que resulta crear nuevos coordinates, no sólo con tus propios vestidos sino con prendas de tu wishlist para pasar el rato, es algo que no cambiaría por nada. La cantidad de horas que puedes llegar a pasar buscando inspiración de todo tipo y que en mi caso, influye hasta en la estética de mis fotografías.
¿He dejado de vestir Lolita? No, no del todo, solo que apenas tengo tiempo para dedicarle y mis conjuntos han terminado siendo los más básicos y recurrentes de mi armario, pero aún así siempre buscaré un hueco para el Lolita y siempre, aunque sea en el día a día, siempre llevo conmigo algo que me lo recuerde y que represente esa parte de mí.
No sé si con esto me he explicado, si me habéis entendido o no, pero quiero que sepáis que yo soy la primera que se frustra por no poder vestir Lolita tanto como quisiera y por haber visto disminuir tanto mi armario en los dos últimos años y es por todo lo que he comentado que me molesta muchísimo que me pregunten si sigo siendo Lolita, ya que dejar de serlo no es algo que yo pueda elegir, para mi el Lolita no es una opción o algo que pueda desechar. Es una parte de mí.
Bueno, hasta aquí la entrada de hoy, lo siento mucho si no os interesa el tema, pero en cierto modo he sentido que tenía que escribirlo. El viernes os traeré otra entrada, esta vez ya con la temática de Halloween.
Muchas gracias por leerme a quienes lo hacéis.
¡¡¡Hasta Pronto!!!
En Madrid estos han bajado las temperaturas radicalmente y hemos pasado de estar entre 25/27 grados a rondar los 13/11 y según las horas incluso los 8 grados y con lluvia, cosa que agradezco, porque adoro el frío y me encanta la lluvia, pero hubiera preferido un poco de transición para aclimatarme.
Pretendía haber actualizado antes, pero la semana ha sido un poco caos por el horario y prácticas de clase, además de intentar cuadrar ciertas actividades que han suepuesto un cambio a toda mi organización diaria y que espero en marzo den frutos positivos (ya os contaré entonces).
Como, creo que dije en la entrada anterior, este mes todas las entradas van a ser con temática de Halloween, aunque esta es una excepción. Vi tag de Halloween de los 31días, pero no iba a empezarlo a mediados de mes, así que me lo reservaré para el próximo año y aplazaré entradas que tenía previstas y que con mi ausencia no había podido publicar, para dedicar el blog única y exclusivamente a Halloween hasta el día 31.
Como ya os digo, la entrada de hoy es una excepción, no es una entrada que tenía planeada, aunque sí que tengo otras publicaciones pensadas con temática Lolita que tendréis más adelante. En cierto modo no es algo sobre lo que tenga que dar explicaciones tampoco, pero dado que ha habido gente que me ha preguntado y comentado sobre esto pues he decidido dejar esta entrada.
He pasado mucho tiempo con el word y el blog abierto pensando e intentado escribir de manera que lograra transmitir todo de la manera correcta, no sé si lo he logrado, pero espero que lo entendáis.
A lo mejor, para que os hagáis un poco una idea de cómo pienso el Lolita, os puedo dejar una entrada que escribí hace un tiempo, aunque no tiene mucho que ver -> Pensamientos sobre el Lolita.
Ahora vamos a lo que toca:
¿He dejado el Lolita?
Últimamente he oído mucho eso de ya no te veo vestir Lolita, ¿lo has dejado? No vas a eventos ni quedadas ¿sigues siendo Lolita?
La verdad, son preguntas que me incomodan bastante porque no, el Lolita no es algo que pueda sacar de mi vida fácilmente, así que no, no he dejado de ser Lolita ni de apreciarlo ni de ver el mundo con esa mentalidad tan propia que me ha dado el Lolita a lo largo de los años; pero sí, lo estoy vistiendo menos y ya casi no aparezco por eventos o quedadas por diversos motivos, la mayoría ajenos a mi deseo de vestir y disfrutar del Lolita plenamente como es la falta de tiempo por la carrera, por ejemplo o el motivo económico.
Como ya sabéis, durante el curso vivo y estudio en Madrid y aunque recibo becas de la universidad, ya soy bastante carga económica al estudiar lejos de casa, por lo que muchos de mis vestidos Lolita han pasado a otras manos que les están dando una vida mejor que la que yo les podría dar, porque he necesitado ese dinero extra para luchar por mis sueños y mi futuro, lo cual si consigo, pues posiblemente mi armario lolitil volverá a recuperarse y crecer. No sabéis la pena que me da mirar mi armario y que después de 8 años, este tenga menos prendas que cuando inicié este hermoso camino, pero sé que esto es algo pasajero, así que espero que una vez todo se encamine profesionalmente, cambie. Es cierto que la cantidad de vestidos no hacen a la Lolita, o al menos yo pienso así, pero hay tantos print que enamoran y tantos conjuntos por lograr, que espero que en un tiempo mi armario vuelva a estar repleto de pomposidad.
Por otro lado, no apenas voy a quedadas o a eventos vestida de Lolita... Aquí influyen varios factores. Por un lado la falta de tiempo por la carrera, horarios caóticos terminando a distintas horas todos los días, algunos años, como este, con clases también por las tardes, intensivos de idiomas, ejercicio (paso mucho tiempo entre libros y al pc por los estudios y no es algo que pueda descuidar), prácticas y excursiones que muchas veces me ocupan los fines de semana,... a esto sumadle todas las tareas de la casa, que más o menos tenemos bien divididas Lu y yo, pero que aún así llevan tiempo.
Entenderéis que muchas veces no tenga ganas de arreglarme y salir o que la mayoría de veces, las excursiones me han coincidido con las quedadas que se han hecho en Madrid, aún así, no pierdo la ilusión de asistir a alguna, como ya he asistido a alguna aquí. Por otro lado soy extremadamente tímida y muchas veces esto también me impide dar el paso para unirme a ciertas quedadas y eventos, aunque ya digo que cuando puedo y no me coinciden con nada, no me lo pienso.
En cuanto a eventos, ya o llevo ropa Lolita porque suelo ir con el equipo fotográfico y la ropa Lolita y hacerle fotos a los cosplayers no es compatible.
Respecto a cómo vivo el Lolita, sobre todo cuando vuelvo a Tenerife, mi impresión no ha cambiado mucho a mi entrada anterior (la que os he dejado al principio de la publicación). El Lolita en Tenerife prácticamente ha desaparecido, no es el caso de las Lolitas de las Palmas, donde la comunidad se mantiene aún activa, pero en Tenerife ya no queda una comunidad fuerte propiamente dicha, la mayoría de Lolitas de la isla, por diversos motivos, se han ido fuera, y creo que del grupo con el que yo siempre me he llevado bien quedan dos o tres nada más, con quienes, cuando vuelvo, intento quedar aunque sea para una cena o un té en una cafetería; pero todas tenemos nuestras vidas y resulta difícil compaginar todo; además con todo el drama que hay dentro de la escena Lolita yo prefiero vivirlo en solitario, salvo por mis amigas, con las que adoro quedar cuando podemos, ya que tengo una forma muy personal de vivir el Lolita que creo que ellas también comparten, desde su propia perspectiva.
Entonces ¿he dejado de ser Lolita? No, rotundamente NO. El Lolita es tan parte de mí como cualquier otro aspecto de mi personalidad, forma tan parte de mí como la necesidad de respirar, el Lolita me ha hecho en gran medida quien soy actualmente, mis gustos, mi pensamiento,... están mayormente filtrados por cómo vivo y pienso el Lolita y, aunque parezca que mi ropa del día a día no guarde relación, también pasan por ese filtro. Nunca podría dejar de lado el Lolita o sacarlo totalmente de mi interior, cuando visto Lolita es cuando más yo me siento, cuando más fuerte soy, cuando las críticas me hacen menos daño, cuando realmente puedo sonreír con sinceridad. El Lolita ha aportado mucho a mi vida y, al menos por ahora, no me veo capaz de dejar el Lolita.
De verdad, esa emoción y lo divertido que resulta crear nuevos coordinates, no sólo con tus propios vestidos sino con prendas de tu wishlist para pasar el rato, es algo que no cambiaría por nada. La cantidad de horas que puedes llegar a pasar buscando inspiración de todo tipo y que en mi caso, influye hasta en la estética de mis fotografías.
¿He dejado de vestir Lolita? No, no del todo, solo que apenas tengo tiempo para dedicarle y mis conjuntos han terminado siendo los más básicos y recurrentes de mi armario, pero aún así siempre buscaré un hueco para el Lolita y siempre, aunque sea en el día a día, siempre llevo conmigo algo que me lo recuerde y que represente esa parte de mí.
Bueno, hasta aquí la entrada de hoy, lo siento mucho si no os interesa el tema, pero en cierto modo he sentido que tenía que escribirlo. El viernes os traeré otra entrada, esta vez ya con la temática de Halloween.
Muchas gracias por leerme a quienes lo hacéis.
¡¡¡Hasta Pronto!!!
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